lunes, 28 de enero de 2013

Pedacitos de esperanza

   Era una chica frágil que aparentaba ser fuerte. Era una chica fuerte que fingía ser de porcelana. Estaba ansiosa esperando que llegara aquel día, esperando verle a él. Porque des de que lo vio por primera vez, ya no se lo podía sacar de la mente. Y por fin había conseguido entrar en su círculo y hacerse un hueco en su mente. Pero ella quería más. No quería un hueco en su mente, quería ser lo único que la ocupara. Y seguía queriendo más, quería un pedacito de su corazón, quería ser su corazón.
   Quería ser la sangre que recorría sus venas y el aire que respiraba. La suave brisa que acariciaba su piel y la luz que guiaba su camino. Y ese día, estaba convencida. Convencida de que miraría sus profundos ojos azules y le diría el secreto que apretaba su corazón.
   Llegó el momento, los dos cogidos, abrazados desnudos sobre las sábanas, hablando con calma. Le miró a los ojos y su mente le ordenó que hablara, pero sus ojos fijos en él, y su boca muda dejaron pasar el momento. Un momento único y que a lo mejor no volvía. Pero algo en su interior le dejaba albergar una pizca de esperanza.
   Siguieron en la misma posición de total intimidad durante varios minutos más. Y la oportunidad de hablar flotaba en el aire, pero no podía reaccionar. Y se fueron separando poco a poco, acechados por una hora que ninguno de los dos quería que llegara.
   Él la agarró de la cintura y acercó sus labios para besarla suavemente. No quería que aquel breve instante acabara. Un beso corto, pero lleno de palabras que no supieron decirse. Un beso lleno de ternura y futuras promesas. Un beso que hizo crecer la llama de la esperanza en ambos corazones. Porque a pesar de no haberse dicho lo que tenían en mente, los actos habían hablado por sí solos.
   Las caricias prometían volver, los besos juraban no acabar, las palabras no hablar, y las miradas decían lo que sus labios callaban entre beso y caricia.
   Y fue a partir de ese día, que aumentó su cercanía. Había crecido su complicidad,y poco a poco, las palabras empezaban a salir con la promesa de tener otra oportunidad para formar un futuro juntos.

martes, 22 de enero de 2013

Contigo

   Tocar tu pelo y sentirte cerca. Acariciar tu cuerpo y oír tu acompasada respiración. Respirar tu olor y recorrer cada hueco de tu piel. Vestirme con tus sonrisas y enamorarme, cada día un poco más, de tu mirada.
   Me ha gustado poder escuchar el dulce hilo de tu voz mientras apoyaba mi cabeza en tu pecho. Poder reír sin temor a hacerlo demasiado fuerte. He sentido tu cuerpo dentro y fuera de mi, como un trozo de hielo acariciando mi piel para derretirse después.
   Estar contigo me hace feliz, ya no me cabe duda. Estar contigo hace que todo tenga sentido otra vez. Me hace querer un futuro. Un futuro no muy lejano, y a tu lado.

Encuentros

   Hoy te he visto y ni siquiera estaba planeado, y aunque ha sido poco rato, no podría haber sido más feliz. Me ha gustado verte sonriendo y juguetón, feliz. Porque al fin y al cabo yo solo quiero que seas feliz.
   Me ha gustado poder tenerte cerca y mirarte. Poderte escuchar. Me ha calado hondo tu mirada de complicidad y tu sonrisa tímida cuando nadie miraba tras despedirnos.

jueves, 3 de enero de 2013

Dreams may come true.

Soñé que me querías, que te acercabas a mi por la espalda, con un brazo me agarrabas de la cintura, y con el otro, me apartabas el pelo del cuello, y me susurrabas al oído lo mucho que me habías extrañado. Y luego, poco a poco, bajando tus dedos por mi brazo haciéndome dulces cosquillas, me besabas el cuello. Y lentamente girabas mi cuerpo para mirarme frente a frente. Y con tus manos en mi cintura, con tus ojos grises fijados en los míos me decías "Te quiero" y luego despacito te acercabas a mi, y me besabas con toda la ternura que había en tu corazón, mientras que por mi mejilla resbalaba una lágrima de alegría, que reflejaba el amor que sentía. Cerrando los ojos y correspondiendo tu beso, juntando mis manos en tu nuca.

Luego desperté, miré mi cama vacía, y lloré.

miércoles, 2 de enero de 2013

Relatando Sueños

- Una voz en mi interior me hablaba. Estaba en mi cabeza. No era una alucinación, realmente era mi voz, y era como si yo misma hablara en voz alta y me oyera estando dormida. Me sentía en ese limbo de cuando estás durmiendo, pero a la vez eres consciente. Sigues soñando, pero tu mente te ordena que despiertes, y notas como todo tu cuerpo quiere despertar, como tus ojos quieren abrirse. Y de pronto te da un espasmo, y despiertas, y todo sigue oscuro como cuando te dormiste, pero realmente siente que no has dormido de lo real que ha sido ese sueño. Y despierta, luchas con tus ojos por mantenerlos abiertos, pero se cierran de nuevo, y aún dormida sigues luchando por abrirlos, pero vuelve esa voz tan real, que cruelmente te dice que no vas a poder despertar de nuevo. Sientes como tu corazón se acelera, tu pulso se dispara y tu respiración está como loca. Incluso sientes que pides ayuda, porque realmente crees que estás hablando y murmurando palabras de ayuda. Y realmente lo haces, pero el sueño es profundo, más que la propia realidad, y la voz interior es más fuerte en tu cabeza que tu propia voz. Y sientes la angustia real de sentir que quieres desperar y no puedes. Sientes como se te encoje el corazón pero tu cuerpo sigue inmóvil.
En el sueño aparecía yo, torturada por esa voz que me decía que no iba a despertar. Estaba despierta luchando por no dormirme, y de pronto la voz era más fuerte, y mi cuerpo caía al suelo con un golpe seco. Y con los ojos abiertos me dormía allí, me miraba fijamente a mi misma, y la voz me decía: "¿Te ves? Esa eres tu."
Y de repente, y con un espasmo, desperté. Y ya no quiero dormir más. -