martes, 10 de abril de 2012

Mi querida doncella


Dime, querida doncella,
¿qué problema tienes con la luna aquella?
Si cada noche aquí,
se hace eterna sin ella.

Tu rostro se me aparece en sueños cuando duermo,
la distancia me quema, y el insomnio se me hace eterno.
Viviendo una vida, que no he elegido,
sabiendo que estas sin tu amor querido,
sufriendo por dentro,
soñando con ese dulce encuentro.

Si supieras mi dulce princesa,
que cada día sin ti no cesa,
aquí está prohibido vivir,
aquí sin tu dulce elixir.

Cada mañana me paro a pensar un instante,
que hubiese sido de mi sin tu hermoso galante,
sin una dama con ese semblante,
sin una dama con ese talante.

No digas más,
no digas más,
pues de amor muero,
y perderte no quiero.

Que aunque la guerra no dé comienzo aún,
para mí comenzó cuando me separé de ti.

No hay noches tranquilas,
no hay noche que cierre mis pupilas.
No puedo mirar las estrellas,
no hay rastro de tus huellas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario